El proyecto se ciñe al límite de parcela de la comunidad
pero su ambición es formar parte de una idea de ecobarrio que rompe los propios
límites de propiedad horizontal. Por ello se establece un área de proyecto
vinculante y una zona en la que se incorporan pautas de ordenación.
En la actualidad existe un salto de escala entre los
edificios de nuestro barrio y las viviendas de la ciudad consolidada. Por ello
se tallan los volúmenes quebrando la línea de cornisa, dando lugar así, a una
imagen más fraccionada, propia de la ciudad existente.
Frente a la propuesta de crecimiento de la ciudad con
manzanas cerradas, se plantea una red de patios interiores conectados, copiando
la transversalidad de la ciudad consolidada, y que permitan incorporar nuestro
barrio como una pieza más de la ciudad, rompiendo el aislamiento al que se ve
sometido en la actualidad.
Entendemos que el edificio E funciona como un hito urbano en el eje perspectivo de la
calle, entre la ciudad y nuestro barrio.
El trabajo en esta pieza como un edificio reconocible permite atar el
espacio intermedio, extendiendo los límites de la ciudad consolidada hasta
nuestra actuación.
En la actualidad existe un salto de escala entre los
edificios de nuestro barrio y las viviendas de la ciudad consolidada. Por ello
se tallan los volúmenes quebrando la línea de cornisa, dando lugar así, a una
imagen más fraccionada, propia de la ciudad existente. Además de aumentar el número
de viviendas del plan.
Las acciones de adaptación volumétrica vienen marcadas
por la necesidad de captar el máximo de radiación solar. Que permitirá reducir
los consumos energéticos de los edificios.
Un edificio central agrupa la gran dotación de equipamiento,
apoyado en pequeñas piezas que se ubican en cada uno de los edificios
centralizando usos para la generación de una conciencia de comunidad. El
equipamiento central actua con carácter urbano.
El antiguo edificio A se transforma en una pieza de
equipamiento del barrio con afán educativo, un edificio de conciencia verde que
aúna las medidas de sostenibilidad propuestas y las instalaciones centralizadas
del barrio. Todo ello ligado a un
programa de guardería y sala polivalente que vinculará a niños y ancianos con
el desarrollo bioclimatico del lugar.
La propuesta define un plan de acción para convertir el
Quartier de L´isle en un barrio de consumo energético nulo. Para ello se
minimizará el impacto en la rehabilitación, maximizando la conservación de
estructuras. Se reducirá el consumo aplicando sistemas constructivos propios de
una passivhaus, y se incluiran instalaciones de autoproducción energética
renovable: fotovoltaica y minieólica.
Las acciones realizadas en el viario van encaminadas a diseñar
un espacio de movilidad sostenible donde el peatón es el actor principal. Para
ello se modifican los trazados y pavimentos estableciendo zonas de share space,
atenuando la velocidad y reduciendo el ruido. Se incluyen zonas de aparcamiento
de bicicletas, carril bici y puestos de carga de coches eléctricos, además de
realizar una actuación paisajística en los aestacionamientos que permite
eliminar el impacto visual de los coches. Todo ello acompañado de aplicaciones
y programas para compartir coche.
Para transformar el Quartier de l´isle en un auténtico ecobarrio es
necesario afrontar medidas que ayuden a reducir la cantidad de residuos
generados. Por ello se propone un proyecto de mínimo impacto (manteniendo lo
existente, recuperando los escombros generados y cerrando el ciclo de productos
orgánicos), apoyado en acciones sociales que prediquen el reciclaje, la
aparición de talleres y mercados de segunda mano.