Concurso de viviendas en Chateau d´Oex, realizado con AMM (Adelino Magalhaes)
El paisaje es
importante, pero la vida lo es más. Tantas veces pensando en la ecología urbana
y nos hemos olvidado de la ecología humana.
No obstante, se
puede reflexionar sobre ambos temas. El paisaje resultante de la operación
arquitectónica que proponemos, tiene que ver con la dimensión, con la
implantación de unas piezas en un lugar delicado y sensible. Proponemos
fragmentar los volúmenes para amortiguar la densidad edificatoria, para hacerla
posible y leal con el territorio.
Desde la vida, no
sólo las viviendas deben proporcionar unas condiciones excelentes, sino también
el edificio debe construir, y lo hace, un lugar para la sociabilidad; para el
encuentro colectivo. De esta manera las plantas bajas de las edificaciones, que
mantienen contacto con la calle, se convierten en los espacio públicos de la
propuesta, generando no sólo usos reglados como almacenes y servicios, sino
pequeños lugares de juego para niños y de estancia comunitaria. La planta baja
es un lugar de actividad continua, de “fluencia”.
La imagen que se
propone, es consecuencia de una relectura, en cuanto a materiales y volumetría,
de las condiciones de la arquitectura del lugar. Se trabaja con madera
elaborando pieles de protección y piedra en contacto con un terreno que no se
modifica en su configuración topográfica.
Las viviendas se
orientan preferiblemente al sur, obteniendo de este modo no sólo vistas sobre
el paisaje sino también un aporte energético imprescindible para la
sostenibilidad de la propuesta.