18 junio 2014

Sobre Miguel Fisac

La auténtica y verdadera obsesión de Miguel Fisac, se centra sobre la palabra construcción. No tan solo sobre la literalidad del edificar físico, ni sobre la organización material; sino fundamentalmente, desde la disposición de las actitudes estructurantes del proyecto. Para Fisac construir es organizar elementos de protección, en algún sentido descubrir la casa, aquello que nos ampara y cobija, aquello sin lo cual pecamos de extranjería. La casa no es un hospedaje momentáneo, es el principio y el fin, la casa para Fisac, es el rumbo que se produce a través del método; la articulación estructurada de un diálogo en el que las preguntas ofrecen la seguridad racional de la respuesta verdadera.


El método, por muy simple que parezca, se presenta sistemáticamente como un conjunto de disposiciones regladas que ofertan al usuario seguridad y verosimilitud. El método es el refugio calmo para navegantes, la luz para el bisoño y la seguridad para el maestro.

Por mucho que Fisac se resista a ser calificado y mucho más, clasificado, es fiel reflejo de su época y su evolución es la de la misma arquitectura. Formado en los pechos del clasicismo más retórico, acude al Movimiento Moderno para negar su estirpe y a la vez afirmarla. Responde, aun sin saberlo, a los organicismos siendo orgánico y más tarde se emparenta con el brutalismo en el uso más violentamente dulce del hormigón y sin duda también, con los epígonos de Le Corbusier, tantas veces negado para ser amado.

Investigador prolífico, responde al diálogo del Eupalinos construyéndose a sí mismo mientras construye, siendo maestro sin discípulos, profesor sin escuela, asceta en la voluptuosidad, grande en su solitario aislamiento.
Fisac se debe a los maestros constructores, a los edificadores del oficio, de la sabiduría antiquísima de la arquitectura, de una disciplina mítica estratificada en el tiempo y releída para ser puesta al día.
El construir, al fin, como el edificar físico, es el hacer de nueva planta con las antiguas y viejas leyes, reverdecidas en los nuevos materiales. Pero es también la firme y más histórica voluntad del hacer arquitecturas; modificando aquello que nos viene transmitido en nuevas y mejores trazas, que otros, más jóvenes, recogen para de nuevo negar y volver a afirmar, para haciendo lo que ya se hizo convertirlo en distinto y aleccionador para todos.

Atxu Amann / Andrés Cánovas